jueves, 22 de mayo de 2025

PATRIMONIO ESCULTÓRICO CONMEMORATIVO EN ESPACIOS PÚBLICOS DE SAN ISIDRO

Comparto por este medio, mi conferencia titulada PATRIMONIO ESCULTÓRICO CONMEMORATIVO EN ESPACIOS PÚBLICOS DE SAN ISIDRO, presentada dentro del marco del CURSO DE HISTORIA DE SAN ISIDRO, del Instituto Histórico Municipal, el 21 de mayo de 2025 en la Quinta Los Ombúes. 

Pretendo, con esta presentación, brindar información accesible para todos aquellos que deseen conocer algo más sobre nuestro querido San Isidro.


Como en toda ciudad o pueblo, el arte público da cuenta de su historia, de acontecimientos y personalidades relevantes que constituyen un testimonio de identidad, reflejo de una idiosincrasia que lo define a lo largo del tiempo, aún con sus transformaciones y omisiones.

 

La determinación de un lugar físico para el patrimonio conmemorativo implica la conformación de un espacio simbólico, conjuntamente con la obra artística, por lo tanto debería contarse con una política de planificación y emplazamiento atenta a la perpetuidad de la memoria.

 

Más que la monumentalidad o la grandilocuencia, lo que se propone al erigir un monumento, al emplazar una escultura conmemorativa u homenaje, es garantizar el recuerdo perdurable del hecho o de la personalidad ilustre, destacada o heroica. A la hora de planificar debería considerarse la perdurabilidad como factor fundamental, de lo contrario evidenciaría que no existe un interés genuino en ello. Por eso, la materialidad, la exposición y ubicación de la obra son consideraciones fundamentales para asegurar esa perennidad.

 

Un recorrido por los principales testimonios escultóricos en el espacio urbano de nuestro municipio a través del análisis de la densificación de sus ubicaciones, de la materialidad y las generalidades de sus cualidades artísticas, los traslados, las pérdidas y reposiciones; nos permitirá conocer más sobre nosotros mismos como comunidad y contribuir con la preservación de nuestro patrimonio.

 

Iniciaré mi exposición refiriéndome a los primeros emplazamientos, desde el Centenario de la Revolución de Mayo hasta 1940 (un lapso de treinta años). Luego veremos dónde se encuentra la mayor concentración de monumentos y, por último, los emplazamientos más recientes (desde 2010 hasta nuestros días).

 

Podemos decir que el primer monumento emplazado en San Isidro fue El Águila o La Libertad, en Pueyrredon y las Barrancas. Obra del escultor argentino Emilio Andina (1875 -1935), está realizada en cemento. 

Es la representación metafórica de la Nación emancipada a través del águila con los atributos simbólicos de la Libertad: los eslabones de una cadena rota y la bandera. En el frente de la columna donde se posa el ave, está el escudo nacional en relieve.  Fue inaugurado el 17 de julio de 1910[1].



[1] El acto inaugural estaba previsto para el 9 de julio, pero debido a las condiciones climáticas de ese día debió postergarse.






El 25 de diciembre del mismo año festivo, se inauguró el monumento a Bartolomé Mitre que se aprecia en la plaza homónima, frente a la catedral. Obra del escultor piamontés José Arduino (1857 - 1912) está esculpida en mármol de Carrara.

La escultura presenta a Mitre de pie, vestido de civil, con las manos en los bolsillos y su saco abierto, por el chaleco a la vista asoma la cadena del reloj. Detrás de la figura, en su costado izquierdo, sobre la columna de base cuadrangular, su típico chambergo está apoyado sobre dos libros.

En el pedestal hay un relieve en bronce, obra del escultor alemán Ernesto Mueller, que fue colocado con posterioridad, al conmemorarse el centenario del nacimiento de Mitre (26/6/1821 – 1921). Allí aparece como orador en el Congreso. En el epígrafe lateral menciona sus cargos políticos, condición militar y facultades.





En 1912, en la plaza 9 de Julio de Martínez, se colocó el busto al brigadier Juan Martín de Pueyrredon que, según el historiador martinense Domingo Santarcieri, había sido creado por Rafael Hernández (n. 1875 - ?), por lo que se trataría de una copia del primigenio, realizado para la plaza Pueyrredon de Mar del Plata[1].

Dicho busto existió en la plaza 9 de Julio hasta 1976 en que desapareció. Años después, un joven egresado de la Escuela de Bellas Artes, vecino de San Isidro, se ofreció a realizar un nuevo busto de Pueyrredon. Aprobada la propuesta, que fue colocado y bendecido el 9 de julio de 1981. El nuevo busto es de cemento pintado de dorado.



[1] El busto realizado por Rafael Antonio Hernández Serantes para Mar del Plata había sido inaugurado el 27 de febrero de 1904 frente a los salones del Hotel Bristol, en la plazoleta que llevaba su nombre. Luego de sucesivos traslados y un tiempo de guarda, en 1976 fue colocado en la entrada de la Municipalidad de General Pueyrredon donde permanece en la actualidad.

 







En septiembre de 1925, hubo una Ordenanza del H.C.D. para erigir el monumento al Capitán Domingo de Acassuso, para el cual se destinaba la plazoleta que se hallaba al costado de la catedral. No se concretó en ese lugar. En 1956 se colocó la piedra fundamental (como parte de los festejos de los 250 años de la fundación de la Capellanía) y el 15 de mayo de 1969 se inauguró el monumento en la plazoleta de la esquina 9 de Julio y Libertador, obra del escultor Julio César Vergottini (1905 – 1999).

 

El 26 de octubre de 1925 se inauguró el monumento a Juan Martín de Pueyrredon en la plaza que antes se denominaba Manuel Aguirre y que luego se llamó Pueyrredon, en Acassuso. Obra del escultor Hernán Cullen Ayerza (1878 – 1936), es un bronce de casi tres metros de altura. Pueyrredon mira en lontananza los confines de su antigua chacra. Su capa al viento le envuelve el cuerpo. El pedestal de granito colorado de Sierra Chica mide casi seis metros, está rodeado por guirnaldas.

El acto inaugural, contó con la presencia del presidente de la República, Dr. Marcelo T. de Alvear, su esposa Regina Pacini, el Ministro de Guerra Agustín P. Justo, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, José Luis Cantilo y el intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Noel, entre otras destacadas figuras.

 

El 19 de abril de 1930 se colocó la piedra fundamental del monumento a los 33 Orientales frente al arroyo Sarandí, en el bajo de Beccar. Pero el monumento que conmemora la epopeya libertadora del grupo de orientales y bonaerenses finalmente se concretó en 1964. Recientemente la zona del emplazamiento fue remodelada y se inauguró el nuevo paseo costero.

 



Y así, entre 1930 y 1940, se sucedieron emplazamientos tales como el busto del general San Martín, obra de Luis Perlotti en la plaza homónima de Boulogne (en 1933), el busto a Adrián Beccar Varela en la plaza Mitre, obra del escultor Mario Balbi (en 1934); el del legislador e intendente Andrés Rolón, ubicado en la bifurcación de las calles Chacabuco e Ituzaingó, en 1938 (que según el testimonio del historiador Carlos Dellepiane el actual busto en cemento, que lleva la firma de H. Rodríguez, reemplaza al original que era de bronce).




Ese mismo año, 1938, se inauguró el mástil de los Estudiantes, en la plazoleta delimitada por las calles 9 de Julio, Belgrano y Acassuso. Bajo el patrocinio de una comisión de estudiantes del Distrito de San Isidro, se concretó este emblemático monumento que fue inaugurado el 25 de Mayo, izando la gran bandera donada por una comisión de damas presidida por doña María Vignolles de Perlender.

El pedestal fue trabajado en el penal de Sierra Chica y en su portentosa estructura presenta dos relieves alegóricos en bronce realizados por el destacado escultor argentino Luis Perlotti (1890 – 1969). Uno de ellos se titula Ofrenda y el otro Cultura. Cerca de la parte superior del pedestal hay dos insignias: el escudo nacional y el municipal. El caño del mástil fue donado por el Director General del Ejército Coronel Pedro Roco.




En 1940, fue inaugurado el monumento al Reverendo Padre Castiglia, en la plaza del mismo nombre, homenajeando a quien fuera fundador del Colegio Santa Isabel.

El 30 de junio de ese mismo año, San Isidro contó con la “primera entronización pública” del Sagrado Corazón en la Argentina, hecho que destacó el Papa Pío XI a través de un telegrama enviado desde Roma. Entronizado en la plazoleta Obispo Aguirre, fue bendecido por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Copello.

La imagen está realizada en cobre martelinado, sobre un basamento de granito que tiene grabados sus cuatro lados. Es obra del artista Raimundo Catteruccia. 







La mayor concentración de esculturas conmemorativas en San Isidro la encontramos en el radio comprendido entre la Plaza Mitre y la intersección de las calles Belgrano y 9 de Julio, en un ancho no mayor a 300 metros (desde la calle Ituzaingó hasta Belgrano).


En la plaza Bartolomé Mitre se encuentran el monumento a Mitre (1910), el busto a Adrián Beccar Varela (1934) y el busto a Monseñor Pedro L. Menini (1989). En la plazoleta obispo Aguirre, el Sagrado Corazón (1940). En la plazoleta Capitán Domingo de Acassuso, el monumento a Acassuso (1969) y a Sor Camila Rolón (2010). En la esquina de la bifurcación de Chacabuco, sobre la vereda noroeste de Ituzaingó, el busto de Andrés Rolón, y en la plazoleta Luis Aquino el del pintor Aquino (1982). En la esquina del Pasaje Capitán Aldo Garrido y Belgrano, el busto de Garrido (2010); y en Belgrano y 9 de Julio: el Mástil de los Estudiantes (1938).


 Cabe destacar que, anteriormente hubo dos monumentos que ya no se encuentran in situ. Uno estaba en la plaza Mitre, en el sector cercano a la calle Juan Bautista de Lasalle (en la parte baja de la barranca). Se trata del “Monumento A la Paz”, obra de Matías Daviron, quien era estudiante del Colegio Carmen Arriola de Marín, y que realizó su obra en respuesta a una convocatoria internacional para un parque temático en Nagasaki. En el Parque de la Paz, en Japón, está la escultura creada por el joven argentino cuya réplica fue inaugurada en nuestra Plaza Mitre en abril de 1996 y que, tras la última remodelación de la plaza, en 2023 fue trasladada a un nuevo emplazamiento en los jardines del Colegio Marín.


El otro monumento era el que se había erigido para homenajear a Paul Harris (1868-1947) en celebración del Centenario del Rotary Internacional. Inaugurado el 23 de febrero de 2005 en la Plazoleta Aquino, era un busto en altorrelieve realizado en cemento por el escultor Jorge Oscar Argento que retrataba al fundador del Rotary. Lamentablemente el busto se fue deteriorando hasta un punto irreversible y lo reemplazaron por el reconocido emblema de la rueda que identifica a la asociación.


Si nos enfocamos en los últimos emplazamientos, desde el año 2010, las nuevas esculturas en espacios públicos del municipio son cerca de veinte.

Al cumplirse el primer aniversario del asesinato del Capitán Aldo Garrido en manos de dos delincuentes en pleno centro comercial de San Isidro, el 17 de febrero de 2010 se inauguró su busto en bronce, obra de la escultora Hilda D’Aiello. De la misma escultora, el 7 de diciembre de aquel año, en la plazoleta Capitán Domingo de Acassuso, se bendijo la escultura de Sor Camila Rolón, realizada en resina.


En 2011 fue colocado un busto de Manuel Belgrano en un pilar que había quedado despojado del busto original (de 1970) en la Plaza Manuel Belgrano de Villa Adelina[1]. Si bien no aparece la firma del autor del nuevo busto, es probable que se trate de una copia del original realizado por el escultor Juan Carlos Ferraro (1917-2004) que se replica en muchísimas plazas, parques y escuelas del país.

 





[1] Posiblemente, según el registro fotográfico, el busto de 1970 fuera obra del escultor Antonio Palau.







También en 2011, por iniciativa del Club de Leones de Martínez, colocaron un “León” en la plaza 9 de Julio de dicha ciudad. Es una obra realizada en cemento por Alfredo Collado y Gabriel Suárez.

 

En 2012, en la plazoleta ubicada entre Thames y las avenidas Fondo de la Legua, Unidad Nacional y Diego Carman, también en Martínez, se inauguró el monumento a Juan D. Perón, obra de Fernando Pettinato, sobre un monumento anterior, del año 1987, que consistía en un pilar de tres frentes con la silueta de la cabeza de perfil del homenajeado, horadada en cada uno de sus lados. La obra del escultor Pettinato es un medio cuerpo de Perón, en una actitud representativa al dirigirse al pueblo, colocado sobre el pilar preexistente.




En 2013, un busto dedicado a Melchor A. Posse fue emplazado en el jardín exterior de la sede gremial de Profesionales del Turf, esquina Tres Sargentos y Dardo Rocha, Martínez. Obra de la escultora Claudia Valerga, fue inaugurado en diciembre de ese año, pero actualmente, tras una nueva edificación en el lugar, lo retiraron y desconozco su actual ubicación.



De 2015 son dos de las esculturas que responden a un proyecto municipal titulado “Emplazamiento de esculturas en la vía pública”, diseñado con el fin de embellecer San Isidro, en sintonía con el plan del Gobierno Municipal de recuperar y jerarquizar el espacio público, los espacios verdes y los accesos en distintos puntos del partido. Se consideró erigir esculturas en espacios determinados con temas especialmente elegidos “para poner en valor las diferentes identidades locales, para que dichas obras se conviertan en íconos de nuestra ciudad y en emblemas de la identidad local”.

 


Relacionada con la actividad hípica se ubicó “Yegua y Potrillo” en la rotonda de la avenida Bernavé Márquez, Av. Andrés Rolón y Av. Sir Alexander Fleming, en San Isidro. Obra de la extraordinaria escultora animalista de reconocimiento internacional, Vivianne Duchini, Fue inaugurada el 12 de julio de 2015. El grupo escultórico es de bronce y una fuente lo rodea con juegos de agua.






Anteriormente en esa rotonda se encontraba el monumento fuente dedicado a Ernesto Luis de las Carreras, recordado concejal, senador provincial y diputado nacional, que fue intendente en 1930, 1931 y 1940. El grupo escultórico había sido realizado por el Dr. Martín Cullen Paunero[1] (1914 – 2000) e inaugurado en 1990. En agosto de 2008, manos anónimas robaron cañerías y reflectores sumergibles. Poco después de aquel hecho, fueron retiradas las partes constitutivas del monumento por personal municipal. Se desconoce el destino del conjunto escultórico.



[1] El Dr. Martín Cullen Paunero era médico endocrinólogo, pintor y estanciero. Creó la Fundación de Endocrinología Infantil. Casado con la Sra. Mercedes Artayeta Uriburu, era una persona muy estimada.






También en 2015, en la entrada a la ciudad de Villa Adelina, en Av. Fondo de la Legua y Esteban Echeverría, el 24 de agosto se inauguró “Sobre Rieles”, obra en acero inoxidable, creación del escultor Raúl “Pájaro” Gómez.



Poco después, un grupo de vecinos de Villa Adelina, motivado por su cura párroco Juani Ibañez, de la parroquia San Andrés Avelino, inició la propuesta de entronización de una imagen del Sagrado Corazón en la entrada de la ciudad, para bendición de todos los que llegaran a la villa. La imagen del Sagrado Corazón (de moldería) fue donada por la Parroquia y la municipalidad acondicionó un nuevo espacio en la intersección de la Av. de Mayo y Luis María Drago, extendiendo la vereda para configurar un sitio que sirviera para orar frente al Sagrado Corazón. En marzo de 2017 se concretó la entronización.



El 8 de julio de 2017, en Parque de Pacheco y el río, en Martínez, se inauguró “El Cincel”, obra de Jorge Gamarra. Es una gran pieza de bronce fundido que impacta sobre un bloque de piedra.

 


En la rotonda de Camino real Morón y Panamericana, Boulogne (cerca del cementerio), el 27 de septiembre de 2017 se inauguró “Colibrí”, obra de la artista Marcela Cabutti, realizada en acero y hierro pintados. Un monumental colibrí es atraído por seis pomposas flores de espinillos (representando a las seis localidades del municipio).





El 7 de octubre de ese mismo año, se incorporó otro icono, esta vez en la rotonda de las avenidas Unidad Nacional y Fleming, a escasos metros de uno de los extremos correspondientes al espacio comunitario para la recreación de los vecinos que practican ciclismo, patín, caminatas y otras actividades aeróbicas. Se trata de “Tiempo Libre”, obra de Gabriel Soifer, realizada en metal calado y esmaltado.







Anteriormente, esa rotonda había recibido el nombre de “Plazoleta Dr. Alberto Ignacio Viaggio” mediante una ordenanza municipal (de 1984). Desde el año 1990, contaba con un busto que homenajeaba al médico y político lujanense que desarrolló una importante labor profesional en San Isidro. El busto, en cemento, tiene la firma  del escultor Ernesto Aloisi. Más tarde se le incorporó una fuente.

Luego de las modificaciones de la rotonda y la ubicación de “Tiempo Libre” en todo ese espacio, el busto del Dr. Alberto Viaggio fue restaurado y reinaugurado en diciembre de 2018 a pocos metros de allí, en un sector del especio verde comprendido entre Dardo Rocha y Av. Unidad Nacional.






En abril de 2018, hubo una ampliación en el homenaje al inmigrante calabrés en la plaza Reverendo Padre Castiglia. La solitaria figura del campesino, donada por la Fundación Natalio Salvatori en 1975, recibió la compañía de la esposa y un hijo y así quedó conformado el grupo escultórico de la familia en la plaza del barrio la Calabria. La escultura del inmigrante calabrés es obra del escultor Raúl de Ibarreta (de 1975), mientras que las nuevas incorporaciones corresponden a José Mastrángelo (2018).



En 2019 hubo dos nuevos emplazamientos, ambos en Martínez. Uno es el Principito, en la plaza 9 de Julio. Obra del escultor Martín Graziano, está realizada con piezas metálicas recicladas.

Fue inspirada en memoria del joven Mariano Witis, asesinado en el año 2000 y que había sido alumno del Centro Polivalente de Arte de San Isidro.




La otra obra se encuentra en la plazoleta La Biblia, en Diego Carman y Av. Unidad Nacional y se titula “En la Tierra como en el Cielo”. Fue realizada en acero por el arquitecto Fausto Amadeo. Es de estructura rectilínea, en forma de cruz completamente revestida en espejo, lo que hace que por momentos desaparezca al reflejar lo que está alrededor. Es un libro abierto que, sobre un pedestal, tiene forma de cruz.

 

Para terminar, en 2022 fue colocada en la Plaza Héroes de Malvinas, entre las calles Mitre y España, del bajo de San Isidro, la obra “Hortensias para nuestros Héroes”. Una hortensia con 649 pétalos en memoria de los 649 fallecidos durante la Guerra de Malvinas. La delicada flor fue realizada en cerámica como parte de un proyecto mayor de la artista Sillvia Kuhn. Lamentablemente fue vandalizada. Las hortensias, concebidas como flores perpetuas para acompañar los despojados sepulcros de los héroes en el Cementerio de Darwin, en Malvinas, supuestamente capaces de soportar las inclemencias del tiempo en aquellas latitudes, no pudieron subsistir aquí ante el despiadado obrar de la ignorancia y la maldad de algunos individuos.  







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