Comparto por este medio, mi conferencia titulada PATRIMONIO ESCULTÓRICO CONMEMORATIVO EN ESPACIOS PÚBLICOS DE SAN ISIDRO, presentada dentro del marco del CURSO DE HISTORIA DE SAN ISIDRO, del Instituto Histórico Municipal, el 21 de mayo de 2025 en la Quinta Los Ombúes.
Pretendo, con esta presentación, brindar información accesible para todos aquellos que deseen conocer algo más sobre nuestro querido San Isidro.
Como en toda
ciudad o pueblo, el arte público da cuenta de su historia, de acontecimientos y
personalidades relevantes que constituyen un testimonio de identidad, reflejo
de una idiosincrasia que lo define a lo largo del tiempo, aún con sus
transformaciones y omisiones.
La determinación
de un lugar físico para el patrimonio conmemorativo implica la conformación de
un espacio simbólico, conjuntamente con la obra artística, por lo tanto debería
contarse con una política de planificación y emplazamiento atenta a la
perpetuidad de la memoria.
Más que la
monumentalidad o la grandilocuencia, lo que se propone al erigir un monumento,
al emplazar una escultura conmemorativa u homenaje, es garantizar el recuerdo
perdurable del hecho o de la personalidad ilustre, destacada o heroica. A la
hora de planificar debería considerarse la perdurabilidad como factor
fundamental, de lo contrario evidenciaría que no existe un interés genuino en
ello. Por eso, la materialidad, la exposición y ubicación de la obra son
consideraciones fundamentales para asegurar esa perennidad.
Un recorrido por
los principales testimonios escultóricos en el espacio urbano de nuestro
municipio a través del análisis de la densificación de sus ubicaciones, de la
materialidad y las generalidades de sus cualidades artísticas, los traslados,
las pérdidas y reposiciones; nos permitirá conocer más sobre nosotros mismos
como comunidad y contribuir con la preservación de nuestro patrimonio.
Iniciaré mi exposición refiriéndome a los primeros emplazamientos, desde el Centenario de la Revolución de Mayo hasta 1940 (un lapso de treinta años). Luego veremos dónde se encuentra la mayor concentración de monumentos y, por último, los emplazamientos más recientes (desde 2010 hasta nuestros días).
Podemos decir
que el primer monumento emplazado en San Isidro fue El Águila o La Libertad, en
Pueyrredon y las Barrancas. Obra del escultor argentino Emilio Andina (1875
-1935), está realizada en cemento.
Es la
representación metafórica de la Nación emancipada a través del águila con los
atributos simbólicos de la Libertad: los eslabones de una cadena rota y la
bandera. En el frente de la columna donde se posa el ave, está el escudo
nacional en relieve. Fue inaugurado el
17 de julio de 1910[1].
[1] El acto inaugural estaba previsto para el 9 de julio, pero debido a las
condiciones climáticas de ese día debió postergarse.
El 25 de
diciembre del mismo año festivo, se inauguró el monumento a Bartolomé Mitre que
se aprecia en la plaza homónima, frente a la catedral. Obra del escultor
piamontés José Arduino (1857 - 1912) está esculpida en mármol de Carrara.
La escultura presenta
a Mitre de pie, vestido de civil, con las manos en los bolsillos y su saco
abierto, por el chaleco a la vista asoma la cadena del reloj. Detrás de la
figura, en su costado izquierdo, sobre la columna de base cuadrangular, su
típico chambergo está apoyado sobre dos libros.
En el pedestal
hay un relieve en bronce, obra del escultor alemán Ernesto Mueller, que fue
colocado con posterioridad, al conmemorarse el centenario del nacimiento de
Mitre (26/6/1821 – 1921). Allí aparece como orador en el Congreso. En el
epígrafe lateral menciona sus cargos políticos, condición militar y facultades.
En 1912, en la
plaza 9 de Julio de Martínez, se colocó el busto al brigadier Juan Martín de
Pueyrredon que, según el historiador martinense Domingo Santarcieri, había sido
creado por Rafael Hernández (n. 1875 - ?), por lo que se trataría de una copia
del primigenio, realizado para la plaza Pueyrredon de Mar del Plata[1].
Dicho busto
existió en la plaza 9 de Julio hasta 1976 en que desapareció. Años después, un
joven egresado de la Escuela de Bellas Artes, vecino de San Isidro, se ofreció
a realizar un nuevo busto de Pueyrredon. Aprobada la propuesta, que fue
colocado y bendecido el 9 de julio de 1981. El nuevo busto es de cemento pintado
de dorado.
[1] El busto realizado
por Rafael Antonio Hernández Serantes para Mar del Plata había sido inaugurado el 27 de febrero
de 1904 frente a los salones del Hotel Bristol, en la plazoleta que llevaba su
nombre. Luego de sucesivos traslados y un tiempo de guarda, en 1976 fue colocado
en la entrada de la Municipalidad de General Pueyrredon donde permanece en la
actualidad.
En septiembre de
1925, hubo una Ordenanza del H.C.D. para erigir el monumento al Capitán Domingo
de Acassuso, para el cual se destinaba la plazoleta que se hallaba al costado
de la catedral. No se concretó en ese lugar. En 1956 se colocó la piedra
fundamental (como parte de los festejos de los 250 años de la fundación de la Capellanía)
y el 15 de mayo de 1969 se inauguró el monumento en la plazoleta de la esquina
9 de Julio y Libertador, obra del escultor Julio César Vergottini (1905 – 1999).
El 26 de octubre
de 1925 se inauguró el monumento a Juan Martín de Pueyrredon en la plaza que
antes se denominaba Manuel Aguirre y que luego se llamó Pueyrredon, en
Acassuso. Obra del escultor Hernán Cullen Ayerza (1878 – 1936), es un bronce de
casi tres metros de altura. Pueyrredon mira en lontananza los confines de su
antigua chacra. Su capa al viento le envuelve el cuerpo. El pedestal de granito
colorado de Sierra Chica mide casi seis metros, está rodeado por guirnaldas.
El acto
inaugural, contó con la presencia del presidente de la República, Dr. Marcelo
T. de Alvear, su esposa Regina Pacini, el Ministro de Guerra Agustín P. Justo,
el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, José Luis Cantilo y el
intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Carlos Noel, entre otras destacadas
figuras.
El 19 de abril
de 1930 se colocó la piedra fundamental del monumento a los 33 Orientales frente
al arroyo Sarandí, en el bajo de Beccar. Pero el monumento que conmemora la
epopeya libertadora del grupo de orientales y bonaerenses finalmente se
concretó en 1964. Recientemente la zona del emplazamiento fue remodelada y se
inauguró el nuevo paseo costero.
Y así, entre 1930 y 1940, se sucedieron emplazamientos tales como el busto del general San Martín, obra de Luis Perlotti en la plaza homónima de Boulogne (en 1933), el busto a Adrián Beccar Varela en la plaza Mitre, obra del escultor Mario Balbi (en 1934); el del legislador e intendente Andrés Rolón, ubicado en la bifurcación de las calles Chacabuco e Ituzaingó, en 1938 (que según el testimonio del historiador Carlos Dellepiane el actual busto en cemento, que lleva la firma de H. Rodríguez, reemplaza al original que era de bronce).
Ese mismo año, 1938, se inauguró el mástil de los Estudiantes, en la plazoleta delimitada por las calles 9 de Julio, Belgrano y Acassuso. Bajo el patrocinio de una comisión de estudiantes del Distrito de San Isidro, se concretó este emblemático monumento que fue inaugurado el 25 de Mayo, izando la gran bandera donada por una comisión de damas presidida por doña María Vignolles de Perlender.
El pedestal fue trabajado en el penal de Sierra Chica y en su portentosa estructura presenta dos relieves alegóricos en bronce realizados por el destacado escultor argentino Luis Perlotti (1890 – 1969). Uno de ellos se titula Ofrenda y el otro Cultura. Cerca de la parte superior del pedestal hay dos insignias: el escudo nacional y el municipal. El caño del mástil fue donado por el Director General del Ejército Coronel Pedro Roco.
En 1940, fue
inaugurado el monumento al Reverendo Padre Castiglia, en la plaza del mismo
nombre, homenajeando a quien fuera fundador del Colegio Santa Isabel.
El 30 de junio
de ese mismo año, San Isidro contó con la “primera entronización pública” del
Sagrado Corazón en la Argentina, hecho que destacó el Papa Pío XI a través de
un telegrama enviado desde Roma. Entronizado en la plazoleta Obispo Aguirre, fue
bendecido por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Copello.
La imagen está
realizada en cobre martelinado, sobre un basamento de granito que tiene
grabados sus cuatro lados. Es obra del artista Raimundo Catteruccia.
La mayor
concentración de esculturas conmemorativas en San Isidro la encontramos en el
radio comprendido entre la Plaza Mitre y la intersección de las calles Belgrano
y 9 de Julio, en un ancho no mayor a 300 metros (desde la calle Ituzaingó hasta
Belgrano).
En la plaza Bartolomé Mitre se encuentran el monumento a Mitre (1910), el busto a Adrián Beccar Varela (1934) y el busto a Monseñor Pedro L. Menini (1989). En la plazoleta obispo Aguirre, el Sagrado Corazón (1940). En la plazoleta Capitán Domingo de Acassuso, el monumento a Acassuso (1969) y a Sor Camila Rolón (2010). En la esquina de la bifurcación de Chacabuco, sobre la vereda noroeste de Ituzaingó, el busto de Andrés Rolón, y en la plazoleta Luis Aquino el del pintor Aquino (1982). En la esquina del Pasaje Capitán Aldo Garrido y Belgrano, el busto de Garrido (2010); y en Belgrano y 9 de Julio: el Mástil de los Estudiantes (1938).
El otro monumento era el que se había erigido para homenajear a Paul Harris (1868-1947) en celebración del Centenario del Rotary Internacional. Inaugurado el 23 de febrero de 2005 en la Plazoleta Aquino, era un busto en altorrelieve realizado en cemento por el escultor Jorge Oscar Argento que retrataba al fundador del Rotary. Lamentablemente el busto se fue deteriorando hasta un punto irreversible y lo reemplazaron por el reconocido emblema de la rueda que identifica a la asociación.
Si nos enfocamos en los últimos emplazamientos, desde el año 2010, las nuevas esculturas en espacios públicos del municipio son cerca de veinte.
Al cumplirse el
primer aniversario del asesinato del Capitán Aldo Garrido en manos de dos
delincuentes en pleno centro comercial de San Isidro, el 17 de febrero de 2010
se inauguró su busto en bronce, obra de la escultora Hilda D’Aiello. De la
misma escultora, el 7 de diciembre de aquel año, en la plazoleta Capitán
Domingo de Acassuso, se bendijo la escultura de Sor Camila Rolón, realizada en
resina.
En 2011 fue
colocado un busto de Manuel Belgrano en un pilar que había quedado despojado
del busto original (de 1970) en la Plaza Manuel Belgrano de Villa Adelina[1].
Si bien no aparece la firma del autor del nuevo busto, es probable que se trate
de una copia del original realizado por el escultor Juan Carlos Ferraro
(1917-2004) que se replica en muchísimas plazas, parques y escuelas del país.
[1] Posiblemente, según
el registro fotográfico, el busto de 1970 fuera obra del escultor Antonio Palau.
También en 2011,
por iniciativa del Club de Leones de Martínez, colocaron un “León” en la plaza
9 de Julio de dicha ciudad. Es una obra realizada en cemento por Alfredo
Collado y Gabriel Suárez.
En 2012, en la
plazoleta ubicada entre Thames y las avenidas Fondo de la Legua, Unidad
Nacional y Diego Carman, también en Martínez, se inauguró el monumento a Juan
D. Perón, obra de Fernando Pettinato, sobre un monumento anterior, del año
1987, que consistía en un pilar de tres frentes con la silueta de la cabeza de
perfil del homenajeado, horadada en cada uno de sus lados. La obra del escultor
Pettinato es un medio cuerpo de Perón, en una actitud representativa al
dirigirse al pueblo, colocado sobre el pilar preexistente.
En 2013, un
busto dedicado a Melchor A. Posse fue emplazado en el jardín exterior de la
sede gremial de Profesionales del Turf, esquina Tres Sargentos y Dardo Rocha,
Martínez. Obra de la escultora Claudia Valerga, fue inaugurado en diciembre de
ese año, pero actualmente, tras una nueva edificación en el lugar, lo retiraron
y desconozco su actual ubicación.
De 2015 son dos de
las esculturas que responden a un proyecto municipal titulado “Emplazamiento de
esculturas en la vía pública”, diseñado con el fin de embellecer San Isidro, en
sintonía con el plan del Gobierno Municipal de recuperar y jerarquizar el
espacio público, los espacios verdes y los accesos en distintos puntos del
partido. Se consideró erigir esculturas en espacios determinados con temas
especialmente elegidos “para poner en valor las diferentes identidades locales,
para que dichas obras se conviertan en íconos de nuestra ciudad y en emblemas
de la identidad local”.
Relacionada con
la actividad hípica se ubicó “Yegua y Potrillo” en la rotonda de la avenida
Bernavé Márquez, Av. Andrés Rolón y Av. Sir Alexander Fleming, en San Isidro. Obra
de la extraordinaria escultora animalista de reconocimiento internacional, Vivianne
Duchini, Fue inaugurada el 12 de julio de 2015. El grupo escultórico es de
bronce y una fuente lo rodea con juegos de agua.
Anteriormente en
esa rotonda se encontraba el monumento fuente dedicado a Ernesto Luis de las
Carreras, recordado concejal, senador provincial y diputado nacional, que fue
intendente en 1930, 1931 y 1940. El grupo escultórico había sido realizado por
el Dr. Martín Cullen Paunero[1]
(1914 – 2000) e inaugurado en 1990. En agosto de 2008, manos anónimas robaron
cañerías y reflectores sumergibles. Poco después de aquel hecho, fueron
retiradas las partes constitutivas del monumento por personal municipal. Se
desconoce el destino del conjunto escultórico.
[1] El Dr. Martín Cullen
Paunero era médico endocrinólogo, pintor y estanciero. Creó la Fundación de
Endocrinología Infantil. Casado con la Sra. Mercedes Artayeta Uriburu, era una
persona muy estimada.
También en 2015,
en la entrada a la ciudad de Villa Adelina, en Av. Fondo de la Legua y Esteban
Echeverría, el 24 de agosto se inauguró “Sobre Rieles”, obra en acero
inoxidable, creación del escultor Raúl “Pájaro” Gómez.
Poco después, un
grupo de vecinos de Villa Adelina, motivado por su cura párroco Juani Ibañez,
de la parroquia San Andrés Avelino, inició la propuesta de entronización de una
imagen del Sagrado Corazón en la entrada de la ciudad, para bendición de todos
los que llegaran a la villa. La imagen del Sagrado Corazón (de moldería) fue
donada por la Parroquia y la municipalidad acondicionó un nuevo espacio en la intersección
de la Av. de Mayo y Luis María Drago, extendiendo la vereda para configurar un
sitio que sirviera para orar frente al Sagrado Corazón. En marzo de 2017 se
concretó la entronización.
El 8 de julio de
2017, en Parque de Pacheco y el río, en Martínez, se inauguró “El Cincel”, obra
de Jorge Gamarra. Es una gran pieza de bronce fundido que impacta sobre un
bloque de piedra.
En la rotonda de
Camino real Morón y Panamericana, Boulogne (cerca del cementerio), el 27 de
septiembre de 2017 se inauguró “Colibrí”, obra de la artista Marcela Cabutti,
realizada en acero y hierro pintados. Un monumental colibrí es atraído por seis
pomposas flores de espinillos (representando a las seis localidades del
municipio).
El 7 de octubre
de ese mismo año, se incorporó otro icono, esta vez en la rotonda de las
avenidas Unidad Nacional y Fleming, a escasos metros de uno de los extremos
correspondientes al espacio comunitario para la recreación de los vecinos que
practican ciclismo, patín, caminatas y otras actividades aeróbicas. Se trata de
“Tiempo Libre”, obra de Gabriel Soifer, realizada en metal calado y esmaltado.
Anteriormente,
esa rotonda había recibido
el nombre de “Plazoleta Dr. Alberto Ignacio Viaggio” mediante una ordenanza
municipal (de 1984). Desde el año 1990, contaba con un busto que homenajeaba al
médico y político lujanense que desarrolló una importante labor profesional en
San Isidro. El busto, en cemento, tiene la firma del escultor Ernesto Aloisi. Más tarde se le
incorporó una fuente.
Luego de las
modificaciones de la rotonda y la ubicación de “Tiempo Libre” en todo ese
espacio, el busto del Dr. Alberto Viaggio fue restaurado y reinaugurado en
diciembre de 2018 a pocos metros de allí, en un sector del especio verde
comprendido entre Dardo Rocha y Av. Unidad Nacional.
En abril de
2018, hubo una ampliación en el homenaje al inmigrante calabrés en la plaza
Reverendo Padre Castiglia. La solitaria figura del campesino, donada por la
Fundación Natalio Salvatori en 1975, recibió la compañía de la esposa y un hijo
y así quedó conformado el grupo escultórico de la familia en la plaza del
barrio la Calabria. La escultura del inmigrante calabrés es obra del escultor
Raúl de Ibarreta (de 1975), mientras que las nuevas incorporaciones
corresponden a José Mastrángelo (2018).
En 2019 hubo dos
nuevos emplazamientos, ambos en Martínez. Uno es el Principito, en la plaza 9
de Julio. Obra del escultor Martín Graziano, está realizada con piezas
metálicas recicladas.
Fue inspirada en
memoria del joven Mariano Witis, asesinado en el año 2000 y que había sido
alumno del Centro Polivalente de Arte de San Isidro.
La otra obra se
encuentra en la plazoleta La Biblia, en Diego Carman y Av. Unidad Nacional y se
titula “En la Tierra como en el Cielo”. Fue realizada en acero por el
arquitecto Fausto Amadeo. Es de estructura rectilínea, en forma de cruz
completamente revestida en espejo, lo que hace que por momentos desaparezca al
reflejar lo que está alrededor. Es un libro abierto que, sobre un pedestal,
tiene forma de cruz.
Para terminar,
en 2022 fue colocada en la Plaza Héroes de Malvinas, entre las calles Mitre y
España, del bajo de San Isidro, la obra “Hortensias para nuestros Héroes”. Una
hortensia con 649 pétalos en memoria de los 649 fallecidos durante la Guerra de
Malvinas. La delicada flor fue realizada en cerámica como parte de un proyecto mayor
de la artista Sillvia Kuhn. Lamentablemente fue vandalizada. Las hortensias,
concebidas como flores perpetuas para acompañar los despojados sepulcros de los
héroes en el Cementerio de Darwin, en Malvinas, supuestamente capaces de soportar
las inclemencias del tiempo en aquellas latitudes, no pudieron subsistir aquí ante
el despiadado obrar de la ignorancia y la maldad de algunos individuos.
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